Ahora estoy más tranquila. Por lo menos puedo respirar normal. Los últimos diez minutos estuve en un incontrolable llanto, de esos que parecen que no van a terminar en horas. O por lo menos así apetecen.
A las 3:21 de la mañana, me encontré tirada en mi cama despertándome de un sueño, tapándome los ojos mojados y diciendo «quiero que te quedes toda la noche así charlamos». Hace rato no escribía, y en medio de esta situación me agarraron ganas de hacerlo, como si fuera una forma de que todo esto dure un poco más.
—
En mi sueño, yo sabía que no estabas. Que habías venido de visita. Y en lo que era una especie de fiesta de mi cumpleaños, yo sorteaba los invitados e iba a buscarte. Sabía que no era algo usual que estés. Y quería aprovecharte.
Abría una puerta, y lejos de encontrarte acostada o sentada, y cansada, te estabas terminando de bañar. Me mirabas y mientras te saludaba, hacías una mueca quejándote -muy a tu forma- de que no te gustaba recibir ayuda de una chica que estaba ahí esperando a que termines. Yo le daba el pase para que se fuera: yo me iba a encargar de ayudarte.
Se me va borrando el sueño. Ya no me acuerdo tanto qué es lo primero que te dije, ni tampoco lo que me respondiste. Ahora sólo me acuerdo que te abracé fuerte para ayudarte a salir de la bañadera, y con una gran sonrisa en la cara me di cuenta que tu cuerpo me sorprendía. Estabas muy bien. Sí, claro que tenías rasgos nuevos, como una piel mucho más finita y curtida, y estabas mucho más flaca, por los pocos músculos que tenías. Pero seguías alta y con el mismo porte que siempre te dio tu espalda.
Fue ahí donde como quien no quiere la cosa, por anticiparme, te perdí. «Qué lindo tenerte de vuelta al menos un ratito. Pero no quiero que te vayas, quiero que te quedes así nos quedamos charlando toda la noche.» Y entre la lucha del llanto que me despertaba, y mis ganas de agarrarme al sueño te seguía hablando. «Me faltó tiempo. En el sueño y en la vida. Te contaría tantas cosas. Cosas que a nadie más. Te fuiste antes del mejor momento. Cómo me gustaría compartir tantas cosas con vos ahora. Cómo extraño tus charlas. Nos faltó tiempo juntas. Lala, te extraño.»
—
Del invierno del 2006 al verano del 2013. ¿Ya pasó tanto tiempo?
Deja una respuesta