No es que tenga muchos enemigos. O quizás sí, pero no que yo sepa. Por lo general, si me caes mal, dejo de registrarte. Pero ¿odiarte? Es demasiado…
Me pasó que el sábado en la boite me crucé con un grupito de chicas, que en la época del colegio, eran «nuestras enemigas». Un año más grande que nosotras, de otro colegio, pero que por H o por B, siempre había un conflicto. Que una salía con el ex de la otra. Que la otra se chamuyaba al actual de alguna nuestra. Y así a lo largo de los años de la secundaria.
Si bien tengo un carácter fuerte, soy bastante pacifista (por no decir cagona). Y en una época se había puesto de moda que las chicas se pelearan como locas. Cuan gatos tirándose de los pelos. Insisto, le tengo TERROR a la violencia física, por lo que siempre yo entraba en las discusiones antes de que se agarraran de los pelos a intentar apaciguar los lados. Con cara de mala y tono tranquilo, les pedía que cortaran con la pelea. Cuando no funcionaba, trataba de llevarme a mi amiga que se estuviera peleando, bieeen lejos. La ecuación era fácil: si le hacen algo a una amiga, hay que saltar a defender, y lo último que quería era ser partícipe de algún papelón del estilo.
Qué vergüenza. Una vez las del Holy (el grupito enemigo máximo) agarraron en el baño de Gitanas a una de nosotras. Al principio fue preocupante: «Me c– a palos! Me agarraron en el baño y me empujaron maaaaal!» Dijo @amiga. No sé cómo fue, pero terminaron discutiendo en las escaleras del bar, con todos los presentes atendiendo a la discusión, y ellas a los gritos: «Narigona», «-Tetas caídas», y una sarta de insultos vergonzosos que no se sostenían ni con una grúa. Cuando escuchamos esa discusión directamente nos dimos vuelta y nos empezamos a matar de risa. Eran un papelón. No pensabamos salir a defender a nadie que esté metida en esa pelea de boludas totales.
En fin. Los años pasaron pero pareciera que la enemistad no. Habrán sido más de 8 años de esas épocas, me animo a decir 10 o 12 (uff que vejez!) pero el sábado me di cuenta que por más agua que haya corrido bajo el puente, nos cruzamos casi de frente y nos ignoramos como si jamás nos hubiéramos visto. Ok, no tenemos que ser amigas, pero con algunas de ellas teníamos buena onda y hasta compartíamos amigos. Con la que me crucé fuimos juntas al colegio toda la primaria! Conozco a su hermano y toda su familia, y aún así… NADA. Qué se yo, me resulta raro. Podríamos ir superando el tema, ¿no? Hago mea culpa. Por ahí tendría que haber saludado, pero en algún lugar tenía miedo de meterme en la rondita y que me agarre esa loca que una vez le arrancó un mechón a una nuestra.
Con la que tuve conflictos en aquellos años ya me amigué. O lo charlamos, aclaramos que no fue de mala leche, que cada una buscaba lo suyo. Las veces que me la volví a cruzar tuve re buena onda, aún así no con sus amigas. Estamos grandes y ya ni siquiera tenemos conflictos. ¿No es hora de ir cortándola? Semi enemigos así, ¿no caducan nunca?
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