You can’t always get what you want.

24 Ene

Julián me dijo que esa teoría ya existía. Pero igual le interesaba mi punto de vista. Creo que le costaba creer que detrás de mi papel de hueca exista una persona que se ponía de vez en cuando a pensar. En el fondo ya me conocía, sabía cuáles eran los personajes a los que jugaba y cuándo hablaba en serio.

Éramos una forma rara de amigos. Él era el bolchevique de la clase, que nos llevaba una década de diferencia y tenía una cultura increíble (de esas personas que estudia varias cosas a la vez, y mientras tanto se mete en filosofía por hobby), y creo que yo le causaba curiosidad. Y yo prefería la subestimación a la desilusión.

Julián era el típico que se peleaba con los profesores, y lo terminaban echando de la clase por que ganaba los debates y dejaba sin respuesta al profesor de turno. Sí, de vez en cuando se iba un poco de tono, pero quedaba más que en evidencia que sus puntos de vista estaban más que fundamentados. Mamita, lo que eran las clases de Teología 2.

La primera vez que lo vi, creo que fue cuando trabajaba en el bar de panchos de la facultad, con el viejo Avelino. Creo que jugamos un partido de backgammon en el recreo, pero no supe su nombre hasta que fuimos compañeros. Al tiempo cerraron el bar, por que según decían, la cocina era un asco y estaba llena de cucarachas. Igual, los panchos eran imbatibles.

Al año siguiente me lo encontré sentado en la última fila de la clase. Su look bohemio y su tono articulado. Creo que las primeras veces pensé que estaba ahí para escuchar las clases, pero no… él hacía la carrera a la par que todos nosotros. A su forma. Llegaba, tarde, sin cuaderno ni mochila. Creo que llevaba una agendita de bolsillo y nada más. Se sentaba reclinado para atrás en la silla con una pierna cruzada abierta sobre la otra, talón con muslo. Se cruzaba de brazos (o estiraba uno como abrazando a la silla de al lado) y se dignaba a escuchar. O debatir. Hasta que el Rector le dijo que si no dejaba en paz a la de Teología lo iban a suspender de la Universidad. Había otros profesores que lo sabían llevar mejor. No era el caso del de Derecho.

En el fondo, no mataba ni a una mosca. Pero él no siempre quería que se den cuenta de eso.

Era la clase de los lunes. Esa que yo terminaba fusilada porque arrancaba a las 6 am y terminaba a las 12 am corriendo entre la facultad y el trabajo. Era el turno noche. No sé si fue en el mini recreo o a la salida. No sé de dónde salió la charla, pero le comenté mi teoría. Estaba indignada.

Era algo así como que la vida tiene diferentes polos, como el círculo cromático. Al igual que los colores, los polos son opuestos. A mí me indignaba esa oposición. Que si quería ser una workaholic como nuestra profesora brasilera, tenía que resignar tener una familia. O según mi amiga Paloma, ser una buena madre: «no podés ser una buena madre si te interesa reventarla profesionalmente». El problema es que no se puede destacar en algo, sin dejar que su opuesto caiga. Lo que Paloma veía con total naturalidad, a mi me desquiciaba. Ésa era la teoría de los polos.

Julián me dijo que esa teoría ya existía. No se acordaba de quién era, pero que creía haberla leído alguna vez.

Veinticuatro días pasaron ya de enero, algunos años de aquella charla de lunes a la noche con Julián, y no puedo creer la cantidad de cosas que pasaron en lo que va del mes. Muchas buenas y alguna que otra rara, pero todas intensas en algún punto. Y eso que me falta lo mejor para cerrar el mes… ¡mis vacaciones!

Una semana. Dos personas diferentes. Dos conversaciones diferentes. Temas diferentes. Momentos diferentes. Tooodo diferente. Una misma frase: No se puede tenerlo todo. Otra vez estaba ahí mi teoría de los polos.

¿¡POR QUÉ NO?!

Quiero todo (lo que quiera). No me importa en qué medida, quizás no en la que me gustaría. Pero quiero todo lo que pueda tener. No hablo de imposibles. Sino justamente de posibles que se niegan. Algunos son incompatibles, pero en vez de resignarnos a tenerlo todo, ¿no podemos hacerlos compatibles, sacarles esa rivalidad?

¿Por qué habrá que elegir tanto? ¿Por qué no se podrá tener varias cosas a la vez que se superpongan o se opongan entre sí? ¿Por qué necesariamente cosas opuestas sean entendidas como cosas superpuestas o desplazadas, o cambiadas por, o cualquier versión? Hay que llegar a un equilibrio. Mezclar un poco más. E qui li brio.

Propongo relajarnos un poco más. Por lo menos en nuestros círculos más íntimos. Juzgar menos. Dejar vivir más. Disfrutar los pecados y vivir mejor. Últimamente me pegó el año nuevo chino (?) Ya leí las predicciones 2012 del horóscopo, fui al China Town local a comprar globos de papel y hasta propuse volver para unirnos a los festejos (con la temperatura del fin de semana, claramente no fui). Que el dragón trae fuerza, buenos augurios, y no sé qué más.

Mi año nuevo chino (en un restaurante argentino) se basa en tres principios. La tercera es de cabecera.

1. Salí a buscarlo

2. Hacete cargo

3. Keep it simple.

A tu salud.

4. ¿Y qué si lo quiero todo?

Les dejo un video de los Rolling Stones, que de paso titula.

No dejen de escuchar el estribillo.

But if you try sometimes you might find
You get what you need

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Una respuesta hasta “You can’t always get what you want.”

  1. M 24 enero, 2012 a 6:26 pm #

    Muy bueno gorda!!! Profundo & simple!! Me encanto! y un placer escuchar la cancion para terminar éste eterno Martes!
    Que el dragón trae fuerza!
    Congrats! Love it!

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